lunes, 9 de junio de 2014

Los materiales de construcción del futuro

En el siglo XX los materiales que revolucionaron la construcción y la determinaron por casi un siglo fueron sin duda hormigón, vidrio y aluminio. Las nuevas técnicas de producción o su uso permitieron edificación de rascacielos u otros edificios de tamaños muy originales. No obstante, es interesante que materiales van a caracterizar la construcción del siglo XXI y cómo van a afectarla el desarrollo tecnológico y las tendencias medioambientales. Vamos a analizar unos materiales sugestivos y procuramos prever su porvenir.
El impreso 3D de un chalet


El impreso 3D

Es una de las tecnologías más prometedoras en varios ámbitos pero no cabe duda alguna que su aplicación en la construcción puede tener unos efectos fulminantes. Con facilidad se puede “imprimir” de casi cualquier material unos elementos de diferentes tamaños y con características únicas. Esto abre unas posibilidades infinitas para los arquitectos en cuanto al diseño de los edificios. Una vez introducido, la obra de construcción nunca será lo mismo.

Los ladrillos que crecen

El hormigón es un material imprescindible en la construcción actual, aunque no es uno de los más sostenibles. Por lo tanto los científicos propusieron “crecer” o “cultivar” los ladrillos inspirándose en los corales en el mar. En un molde se mezcla arena con unos tipos de bacterias, urea y cloruro de calcio. En efecto de una reacción química en el molde se crea un ladrillo en el 100% sostenible.

Grafeno

El grafeno es un alótropo de carbono y uno de los materiales principales de nanotecnología. A pesar de su ligereza es 100 veces más resistente que el acero siendo a la vez elástico y flexible gracias a su microestructura hexagonal. Por lo tanto grafeno despierta muchas esperanzas como el material de futuro aunque no se lo puede aplicar todavía a gran escala ya que los mayores fabricantes no son capaces de producirlo en tamaños requeridos.
Aerogel


Aerogel


Aerogel es uno de los materiales más impresionantes que conoce el mundo. Gracias a su nanoestructura que consiste del 99,8% del aire (¡!) es el material más ligero conocido. Además es aislante térmico ideal mientras que conduce la electricidad. Por ello ya ha encontrado varias aplicaciones en la construcción y espera a que se encuentren nuevas. 

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