Londres ya hace mucho sustituyó a Nueva York en la posición
de la capital financiera del mundo. Dicho cambio desembocó en la transformación
del panorama arquitectónico de la ciudad. Como hongos crecen nuevos
rascacielos, torres y sedes de entidades bancarias. Sin embargo, con la crisis
económica muchos proyectos o no tenían mérito o los que se realizaron sufrían
de problemas con encontrar los que podrían ocupar las oficinas. Con esto se
enfrentó el famoso rascacielos Shard, cuya erección costó 1.500 millones
libras, que está ocupado solamente en unos 50%.
Sea como fuere, los circunstancias económicas parecen ir
cambiando y el ambiente para las nuevas inversiones se está mejorando. Por lo
tanto, en la colmena financiera todo el mundo se entusiasma con los nuevos
edificios que se van a construir en los próximos años. Vamos a mirar que
proyectos de construcción pueden llamar más atención.
The Pinnacle (Pináculo)
La construcción de torre The Pinnacle, de 1.000 millones de
libras de valor, empezó en 2008 en el barrio financiero de Londres pero con el
estallido de la crisis las obras han permanecido paradas a partir de 2012.
El edificio sería la segunda construcción más grande de la
capital británica y la más alta del barrio The City, con 288 metros de altura
le adelantaría sólo la famosa torre Shard con sus 306 metros. Sin embargo,
antes de que se detuvieran las obras se habían construido sólo la base de 7 pisos,
por lo cual se conocía con el sobrenombre “Muñón”.
Por la fachada encorvada de un diseño muy original los londinenses
le llamaban despectivamente “Tobogán” pero los que aprecian una arquitectura vanguardista
se aliviaron cuando los inversores anunciaron que se quedaría casi intacta,
sólo con algunas modificaciones y con una galería en la cumbre.
El Walkie-Talkie
La construcción localizada en la calle Fenchurch 20º también
desata controversias pero a diferencia de Pináculo se terminó hace unos meses.
El edificio con una forma extrañamente proyectada y formada estuvo diseñado para ofrecer máximo espacio posible para los inquilinos algo acaudalados (recordemos que Londres es una capital de los nuevos ricos).
En el pico de la construcción de 160 metros de altura
acogerá un jardín de tres niveles del cual se podrá observar otros rascacielos
de la skyline londinense, Shard entre
ellos. Sin embargo, por muy pijos que sean los nuevos habitantes, gracias al arquitecto
Rafael Viñoly estará abierto para todos.
El rallador
El edificio de 225 metros, diseñado por arquitecto Richard
Rogers para la organización British Land and Oxford Properties, es un efecto de
competición en el centro bancario británico The City con sus vecinos: ya mencionado
Walkie-Talkie y Pepinillo.
La silueta característica de una cuña que le dio el apodo, consta
de los pisos que se estrechan por 75 cm. Es importante señalar que la forma del
edificio no sólo es una inspiración del arquitecto sino también sirve para
proteger la vista de Fleet Street y para que se aleje de la catedral de San
Pablo.
Sin embargo, esta actitud amigable hacia la protección de la
vista costó el espacio para las oficinas que es algo pequeña para un rascacielo
de una altura así.
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