El país anfitrión de la próxima
copa mundial, aparte de los disturbios y protestas sociales en las ciudades,
tiene que enfrentarse con las dificultades de carácter infraestructural. Ya es
cierto que al gobierno brasileño no le queda tiempo suficiente para terminar
todos los proyectos impresionantes que emprendió cuando el país había sido
elegido como organizador de la Copa del Mundo.
Las obras en la "Gran Zanja": la arteria principal de Cuiaba de http://www.animalpolitico.com/ Foto AP |
El proyecto progresista ambicioso
La organización del segundo
evento deportivo más importante iba a ser un gran paso adelante para el país
suramericano. La primera economía de América del Sur quiso demostrar su
hegemonía el continente y provocar un renacimiento de las ciudades junto con la
mejora de la vida de los ciudadanos. Sin embargo, todo parece que la escala del
proyecto está todavía más allá de su alcance.
No cabe duda que los estadios en
las ciudades sedes estarán listos para el torneo. El país tenía que cumplir la
exigencias estrictas de la FIFA y en la mayoría de los casos los recintos ya se
inauguraron o están por inaugurar. Después de la decisión de la organización de
fútbol internacional, el gobierno prometió invertir 8.000 millones de dólares en
la infraestructura y todo hace pensar que se ahogó en las trabas logísticas y
sociales.
Los problemas con la infraestructura urbana
Antes que nada, la línea de
ferrocarril rápido entre dos ciudades más grandes: Rio de Janeiro y San Pablo,
que iba a facilitar el transporte entre las dos sedes alejadas más de 400 km,
no estará lista para el Mundial y no se sabe si se va a realizar antes de los
Juegos Olímpicos en 2016. En Rio de Janeiro también falló el proyecto de
construir nueva pista de aterrizaje en el aeropuerto.
En otras ciudades también
surgieron problemas. En Belo Horizonte se canceló el proyecto de construir la
red de ferrocarril subterráneo y se
postergó la construcción de nuevo terminal en el aeropuerto. La construcción de
otro aeropuerto en Cuiaba también choco contra las trabas burocráticas y se ha
demorado, y todavía no se sabe si queda en el estado operativo antes de que
empiece la Copa. En esta ciudad. Recordemos que Brasil siendo el país más
grande del continente tiene recorridos entre las ciudades sedes que pueden
alcanzar hasta 4000 km.
Mirando hacia adelante con optimismo
Sin embargo, a pesar de los
problemas infraestructurales los estadios, el factor más importante para la
organización del evento, ya están listos para acoger los miles de turistas y
aficionados de fútbol que van a venir a Brasil para celebrar la mayor fiesta de
balompié en ritmo de samba.
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